sábado, 15 de febrero de 2014

Las personas comunes...



Las personas comunes, con gustos convencionales, aspiraciones mediocres, ideales populares, comportamientos ordinarios, rutinas regulares y deseos simples encuentran su sitio de una manera usual, de forma natural, sin contratiempos, dificultades, accidentes ni contrariedad alguna.

Un buen día abren los ojos y ahí están metidos de lleno en sus vidas normales y tranquilas llenas de mucho conformismo y pocas preguntas pues es universal el hecho de que el Mundo rebosa de gente y lugares estándar así como escasea de seres y emplazamientos insólitos y caprichosos como el destino.

Me temo que yo soy de los segundos...y en mis momentos de bajón suelo pensar que para mal, pues en ocasiones es triste no llegar a identificarse completamente con nada ni con nadie, ya que las más de las veces, eso te hace sentir realmente solo.

En otros momentos sonrío...con desazón, pero sonrío y veo que todo tarda demasiado y luego pienso en eso que dicen de que lo realmente bueno se hace esperar y entre mis no poco extensas elucubraciones de vez en cuando sale a la luz aquello de que a ver a quién se le habrá ocurrido eso. Quizás en el peor de los casos a otro de esos raritos como yo pero incluso poniéndome en lo más feo, eso me colma de esperanza y calma bastante mi irritación, resentimiento, disgusto e inquietud cual buen remedio para las heridas punzantes porque la noción de que no soy la única que se encuentra perdida, a oscuras, en un túnel cuesta abajo y sin frenos me da la tranquilidad de saber que a pesar de todo pertenezco a algo de momento : Al grupo de los que no pertenecen a nada, sí, pero incluso siendo esto así, me sirve en cierta manera para decidirme a seguir con los ojos abiertos a pesar de que la cosa pinte negra de verdad y parezca dar igual cerrarlos o no porque a lo mejor en un futuro sí que llego a encontrar un bonito lugar en el que querer quedarme para siempre por gusto...no por pena, ni conformidad...por reciprocidad de la buena.

Por ahora soy el gato sin nombre de Desayuno con diamantes,y Frida Kahlo sintiéndose la persona más extraña del Mundo, soy del Club de los diferentes y para más inri nadie me ha dado ningún carnet que me acredite como socia.Siempre pierdo al juego de la silla : Cuando llego a los sitios, el conejo de Alicia en el País de las Maravillas por supuesto que ya no está allí; se ha largado hace ya demasiado tiempo, no se si a Madrid o a donde coño quiera que sea... no me importa, pero el hecho es que en el punto donde me encuentro no hay ya maravilla alguna : Sólo quedan desilusiones.

Mambrú también se fue. A la guerra. Hace ya cinco años y yo le deje marcharse sin abrigo ni nada. Era un soldado de honor. Se que lo sigue siendo : Si fuera un país y pudiera elegir, escogería ser conquistado por alguien como él. Pero dentro de mi siempre hubo demasiada revolución. A lo mejor lo que siempre necesité era un pequeño motín en lugar de una Guerra con tantos tratados políticamente correctos. Un rebelde también de corazón noble que sembrara un poco de caos en mi, en lugar de un infante con todas esas doctrinas y promesas de Paz...creo que con un poco de fluctuación en el ambiente, todo siempre discurre mucho mejor que cuando se dan las cosas por sentado por eso siempre preferí los climas insurrectos en lugar de los regímenes políticos asentados en el poder.

A veces me queda el reconcome de por qué nunca intentamos las cosas demasiado y otras, me repito sin cesar que eso no sirve para nada igualmente.

Me encuentro cada día en un anden diferente despidiendo a todos aquellos pasajeros que carecen de pañuelo sobre el que llorar pues por lo que sufren es por no haberse marchado antes y, cuando alguno se arrepiente y quiere bajarse del convoy, soy yo la que echo a correr, dirección contraria : No se ya si por costumbre ante tantas partidas ya vividas o si la cosa sea algo más jodida de lo que parece y la que se quiera largar de todo y de todos sea yo, aunque no me atreva a reconocerlo conscientemente y por eso solo acaricio manos que tarde o temprano se que me van a soltar como cuando aferras tu vida a una cuerda a punto de romperse colgada en lo más alto.

Pero yo soy así : No soy vulgar, común ni corriente y me parece una muerte increíble la que viene tras caer de la cumbre de la montaña.

Nunca fui de las que se quedaban pies en el suelo, mirando arriba maravilladas y, a la vez, odiando al que contemplaba aquellas puestas de Sol desde tan arriba.

Entiendo la vida como una excelencia y solo desde ella puedo existir y no se lo que es dormir cada noche al lado de alguien que ya te da igual pero que es lo que te ha tocado, de alguien que un día fue increíble y maravilloso y que seguramente lo siga siendo pero no ya para tus ojos.

Se cuando tengo que marcharme y se cuando tengo que dejar ir : Esa es la única manera de que algo, que un día fue perfecto, lo siga siendo para toda la Eternidad.

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